Muy apetecible era el proyecto que se presentaba durante el verano pasado en Roma, el cual dirigiría el hasta ese momento técnico del filial del Fútbol Club Barcelona, Luis Enrique Martínez. El asturiano tenía el encargo de devolver a la Roma a estar entre los grandes de Europa.
La salida de la familia Sensi tras 17 años, presidida en un principio por Franco Sensi, y tras el fallecimiento de éste por su hija Rosella, la cual no tenía muchas ganas de gestionar al equipo, hizo que lo vendiera al empresario estadounidense Thomas DiBenedetto.
Con el nuevo presidente Luis Enrique tendría muchos fichajes asegurados, jugadores que el mismo técnico había pedido, y un equipo para muchos de ensueño, que probablemente y sobre el papel puede ser la mejor Roma de la década. Incorporaciones algunas de primer como Bojan, Osvaldo, Lamela, o Stekelenburg, también futbolistas ya curtidos y que suelen tener una regularidad necesaria para cualquier club, como Fernando Gago, Jose Ángel, Heinze o Miralem Pjanic, sumados a sus estrellas de siempre, especialmente el histórico Francesco Totti y el que para muchos es uno de los mejores centrocampistas del planeta, Danielle De Rossi.
Con todo este plantel la temporada parecía que sería sencilla, y más viendo que el resto de equipos en Italia, salvando a la Juventus, no se han reforzado bien, y tenían muchas carencias. Luis Enrique comenzó la temporada bien, a algunos les gustaba de hecho su forma de plantear los partidos, que quizás se asemejaba un poco a lo que nos mostraba la temporada pasada en la Liga Adelante. Quería posesión, control del balón y mucha ofensividad. Pero los resultados no llegaban, han sido meses muy duros, victorias apretadas, derrotas inexplicables, empates cuando todo parecía ganado. Y sobretodo que esos futbolistas no han funcionado también como parecía, y como su cartel nos decía que podían funcionar.
Luis Enrique está en la cuerda floja de la Roma. De hecho su salida parece muy próxima, un proyecto que parece muy pronto para darlo por finiquitado, ya que la plantilla es bastante nueva, y después de tantos años con una tónica semejante y constante, puede ser hasta preciso dar más tiempo.
Los de Luis Enrique están undécimos con 17 puntos, y a 11 del objetivo claro que era meterse en Champions. Veremos si Luis Enrique sale o finalmente convence y su inicio quede únicamente como anécdota.
Un proyecto bonito al que hay que dar tiempo como a todos los proyectos, pero dudo que se lo den.
ResponderEliminarTambién es un buen ejemplo de como la filosofía Barsa es muy dificil de extrapolar fuera del universo Barsa.
Quisieron imponer un proyecto parecido al Barcelona, incluso Luis Enrique en el mismo juego, con fútbol de toque y ofensividad, y no ha servido. Esperemos a ver que pasa con Luis Enrique, pero la verdad sería una decepción mayúsucula.
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