115 años de historia son demasiados, y más para aquellos ancianos que llevan asistiendo a ver al Fulham desde hace décadas. La esencia de Craven Cottage es algo que nadie quiere perder, ya no solo en el propio club, sino en todo el barrio de Fulham Broadway o más conocido como el Barrio de Chelsea, en Londres.
El estadio lleva temporadas quedándose pequeño, más aún desde que el equipo empezó a entrar en competición europea. Recordar el partido de Semifinales de la Europa League en la temporada 2009-2010 ante el Hamburgo, donde consiguieron estar presentes en la final, es recordar un estadio "atestarrado" de gente. Según muchos medios de comunicación británicos con casi 1.500 espectadores más de lo permitido. Era un día grande para el Fulham, y su estadio no estaba preparado para albergar un partido de semejantes características.
El Fulham se ha ido haciendo un hueco entre los equipos históricos de la Premier, a base de lucha, de coraje y de no tener nunca un equipo repleto de estrellas, pese a que su equipo lo preside y adueña uno de los hombres más poderosos de Gran Bretaña, el "archiconocido" Mohamed Al Fayed, hasta hace dos años dueño también de los almacenes Harrods, con sede en Knightsbridge, Londres.
El debate comienza ahora. La reforma de Craven Cottage aumentará el estadio de 26.000 espectadores de aforo a 31.000, algo que según muchos aficionados trastocará el clásico y tradicional diseño del estadio, y en lo que muchos han mostrado su descontento. Aún así Al Fayed, quiere seguir haciendo crecer a este equipo. Con una dinámica bastante distinta a la que otros empresarios, hacen crecer a sus clubes.
Como curiosidad del estadio en una de las entradas se encuentra, una estatua de Michael Jackson, gran amigo amigo del propietario, y la cual hace aún más atractivo el estadio londinense.
El Fulham vive a la sombra de Chelsea, Arsenal o Tottenham, pero su tradición y su popularidad va creciendo a medida que pasan los años. Un pequeño gran equipo, el cual seguirá luchando, pese a las adversidades.
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